Hace algún tiempo encontré un truquito que evitaba eso. Así que lo daré en esta receta para las personas a las que también les pueda pasar lo mismo.
INGREDIENTES:
- 1/2 Pollo cocido.
- 1 Puerro.
- 1 Hueso de jamón.
- 1 Zanahoria.
- Jamón serrano picadito.
- 1 Cebolla.
- 6 Cucharadas de harina.
- 1 y 1/2 ó 2 Leche.
- Pan rallado.
- Huevo.
- Aceite de oliva.
- Sal, pimienta y nuez moscada.
- Vamos a poner el pollo a cocer, junto al puerro, la zanahoria, el hueso de jamón y una pizca de sal.
- Una vez que el pollo esté cocido, desmenuzar y reservar.
- Esperar a que se haga el caldo (será cuando éste tome un color algo oscuro).
- Pochamos la cebolla con una pizca de sal.
- En el vaso de la batidora ponemos el pollo, la cebolla pochada y algo de leche. Batimos.
- En el aceite de la cebolla echamos la harina y la pasamos un poco para que no sepa a crudo.
- Le añadimos la masa que hemos batido y el jamón serrano.
- Ahora vamos a ir echando la leche poco a poco, e intercalando con algunas cucharadas del caldo del pollo, mientras movemos con unas varillas, de forma que no queden grumos.
- Ponemos el punto de sal, pimienta y nuez moscada.
- Removemos durante un rato hasta que la masa se vaya despegando de los lados.
- Echamos la masa en una fuente y la tapamos con papel film o de aluminio, al ras de la masa, para que no sude y salgan gotitas de agua por dentro.
- Esperamos unas horas (yo suelo esperar unas 12 como mínimo, porque la masa está más asentada y está más rica).
- Para freírlas, primero, darles forma con dos cucharas. Pasarlas por harina, huevo y pan rallado y freírlas con el aceite bien caliente. Después bajar un poco.
- Escurrirlas en papel secante.
- Para acompañarlas un tomate con sal o una buena ensalada, le van genial.
- ¡A comer!
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